06 julio 2011

No Tienes Miedo... ¿o si?

Estás recostado en tu cama, el zumbido de tu aire acondicionado es lo único que te separa del silencio total. Tú sabes, ese silencio en particular que es tan pesado, tan denso, que hasta parece el equivalente a un fuerte ruido. Ese tipo de silencio cuando puedes oír un alfiler caer a tres cuartos de distancia; ese tipo de silencio que llena tus oídos con el sonido de tus propios latidos mientras tu oreja presiona contra la almohada. Ese tipo de silencio.

El zumbido es el único sonido que puedes escuchar, un sonido que normalmente pasa desapercibido, hasta que es el único sonido presente. Es reconfortante, te des cuenta o no. Un sonido como ese. Pero de repente, tu cuarto vuelve a la temperatura que indica el termostato, y el zumbido se detiene, al momento en que la ventilación hace un sordo ruido metálico. Para tu mala suerte, aún no estás dormido, y el silencio entra.

Deberías estar tranquilo sabiendo que puedes escuchar cualquier cosa y todo lo que esté a tu alrededor; compensando la falta de visión provista por la oscuridad. Pero no lo estás. Este es precisamente el ambiente que te pone al límite, que causa que tu corazón lata un poco más rápido, hace que tu cuerpo se tense sin explicación, y que hace que te des cuenta de que no estás solo.

Pero estás solo, ¿no? Has estado acostado ahí con tus ojos cerrados por casi 15 minutos ya, y te aseguraste que todo estuviera normal en tu cuarto antes de que apagaras la luz; eres muy listo. Todos esos tests en Facebook que tomaste reforzaron lo que ya sabías: si estuvieras en una película de horror, sobrevivirías hasta el final. Incluso has planeado cuidadosamente lo que harías si te encontrarás en esas situaciones de las que has leído en las creepypasta. Pero todo eso sólo son tonterías, ¿cierto?

No estás asustado. O al menos eso es lo que te dices a ti mismo.

Pero espera... ¿qué fue eso? ¿Fue un crujir de ropa? Pero, tú no te giraste en la cama, o hiciste algún movimiento. ¿Tú hiciste ese ruido? No, no pudiste. Estás paralizado en tu cama, rígido con un malestar que no estaba presente, sino hasta estos momentos. Debiste haberlo imaginado... debiste.

Giras tu cara hacia la pared. Fuera de vista, fuera de la mente. Si hay algo en tu cuarto contigo, tendrá simplemente que aceptar que estás muy cansado para lidiar con eso por el momento. Aún estás golpeado con ese malestar cuando escuchas el crujido de nuevo. Y esta vez, el crujido está acompañado de un golpe sordo en el suelo.

Tu corazón se detiene en tu pecho... ¿en verdad escuchaste eso? No, no, te estás sugestionando por nada. En serio deberías dejar de jugar esos videojuegos de horror tan tarde en la noche, están jugando con tu cerebro. Eres una persona racional, deja de actuar tan infantilmente y quédate dormido ya.

Cierras tus ojos fuertemente, esperando silenciosamente que el sueño te lleve pronto. Estás prácticamente suplicando por la seguridad del mundo de sueños inexistente de tu propia creación. Estás cayendo en sentido, pero no hay nada ahí... ¿cierto? Sólo estás cansado. Lo sé, lo sé.

Mientras tus ojos se afianzan cerrados, te das cuenta de que no importa cuanto lo quieras, ya no puedes mover tus brazos ni tus piernas. Vamos, ¿en serio estás dejando que esto te atrape? ¿Tienes cuántos? ¿12 años? Olvídalo, y duérmete ya.

Ahora, estás más tenso que nunca, ese sonido desconcertante hace eco a través de tu cuarto de nuevo. El crujir de ropa, seguido por un golpe suave en el suelo. Involuntariamente, estás aguantando la respiración, con los ojos cerrados lo más posible. Tienes una urgencia infantil por cubrirte la cabeza con la cobija. ¡Te estás imaginando todo! Todo está en tu cabeza, pensé que eras mejor que esto.

Tu corazón está golpeando fuerte en tus oídos, pero no lo suficiente para ahogar ese repetitivo sonido que se acerca a través del cuarto. ¡¿Qué es ese crujido?! Tal vez dejaste un papel en el sueño. ¡Eso tiene que ser! ¿Y ese golpeteo? Tal vez es el gato, o el perro, o algo. Tal vez se metieron sin que te dieras cuenta antes de que cerraras el cuarto.Si, sólo estás paranóico.

El ruido está a tan sólo un metro de tu cama, y dándole la espalda, no te atreves a darte la vuelta para investigar, no es que eseo hiciera mucho bien; La única luz en tu cuarto es el brillo pálido tu celular en la mesita de noche junto a ti, lo conectaste antes de que te metieras a la cama, ¿recuerdas? Pero no te atreves a darte vuelta y mirar, no hay nada ahí, de todas maneras.

Minutos pasan, que se sienten horas, mientras ves la pared, rígida como una tabla, incapaz de hacer que tu incooperativo cuerpo se mueva. No has escuchado los ruidos en un rato ya, no desde que alcanzó el borde de tu cama. Tú sabes que no hay nada ahí, tonto. Es éste silencio. Está jugando contigo. En verdad deberías haber puesto algo de música o algo antes de irte a la cama. Oh, bueno, tal vez para la próxima.

De repente, un ruido metálico familiar hace eco en el cuarto, seguido por un zumbido familiar. Exhalas profundamente, tu cuerpo relajándose mientras te inundas de alivio. Gracias por que se acabó, por fin puedes dormir en paz. Ese silencio en verdad te estaba atrapando. Te giras y abres los ojos para revisar la hora en tu celular iluminado, ha de haber pasado al menos una hora desde que te fuiste a la cama.

Eres saludado cara a cara por su amplia sonrisa. Agujeros tenuemente iluminados done alguna vez estuvieron ojos te miran intensamente.

Ahh, veo que sigues despierto...

3 comentarios:

  1. :S ese sii me dioo mieeedooooo!! waa waa waa!!

    ResponderBorrar
  2. Senti un escalofrio de pies a cabeza al leer la ultima oracion T~T

    ResponderBorrar