22 agosto 2011

El Experimento Ruso del Sueño - Parte 3


Se recomienda leer la Primera Parte y la Segunda Parte antes de comenzar aquí.

A los otros dos sujetos de prueba se les hizo la misma cirugía, ambos sin anestesia, de igual manera. Aunque tuvieron que ser inyectados con un paralítico para la duración de la operación. El cirujano encontró imposible realizar la operación mientras los pacientes reían continuamente. Una vez paralizados los sujetos sólo podían seguir a los investigadores presentes con los ojos. El paralítico limpió su sistema por un anormal corto periodo de tiempo, y pronto estaban de nuevo intentando escaparse de sus ataduras. Al momento en que pudieron hablar ya estaban pidiendo de nuevo el gas estimulante. Los investigadores intentaron preguntarles porque se habían herido a si mismos, porqué se habían arrancado las entrañas, y porqué querían que les dieran el gas de nuevo.

Sólo una respuesta fue obtenida: "Debo permanecer despierto..."

Las correas de los tres sujetos fueron reforzadas, y ellos fueron colocados de vuelta en el cuarto esperando la determinación de qué se haría con ellos. Los investigadores, enfrentándose a la ira de sus "benefactores" militares por haber fallado las metas establecidas en el proyecto, consideraron aplicar la eutanasia a los sujetos sobrevivientes. El oficial al mando, un ex-KGB, al contrario, vio potencial, y quiso ver que pasaría si ponían de nuevo el gas. Los investigadores objetaron fuertemente, pero fueron sobrepasados.

En preparación para ser sellados en el cuarto de nuevo, los sujetos fueron conectados a un monitor EEG y sus correas fueron puestas para un confinamiento a largo plazo. Para sorpresa de todos, los tres dejaron de luchar al momento en que se supo que pondrían de nuevo el gas. Era obvio que a este punto los tres estaban haciendo un gran esfuerzo por mantenerse despiertos. Uno de los sujetos que podía hablar estaba tarareando fuerte y continuamente; el sujeto mudo estaba torciéndose sus piernas contra las ataduras de piel con toda su fuerza, primero la izquierda, luego la derecha, luego la izquierda de nuevo para enfocarse en algo. El sujeto restante estaba sosteniendo su cabeza sobre su almohada y parpadeaba rápidamente. Habiendo sido el primero en ser conectado al EEG, muchos de los investigadores estaban supervisando sus ondas cerebrales con sorpresa. Eran normales casi todo el tiempo pero a veces se volvían líneas rectas inexplicablemente. Parecía que estaba sufriendo repetidamente de muerte cerebral , antes de regresar a la normalidad. Mientras se enfocaban en el papel saliendo del monitor de ondas cerebrales, sólo una enfermera vio sus ojos cerrarse al momento en que su cabeza golpeaba la almohada. Sus ondas cerebrales inmediatamente cambiaron a aquellas de un sueño profundo, luego se volvieron planas por última vez mientras que su corazón simultáneamente se detenía.

El único sujeto restante que podía hablar comenzó a gritar para ser encerrado inmediatamente. Sus ondas cerebrales mostraban las mismas líneas planas que aquel que acababa de morir al quedarse dormido. El comandante dio la orden de sellar el cuarto con ambos sujetos dentro, así como tres investigadores. Uno de éstos últimos inmediatamente tomó la pistola del comandante y le disparó justo entre los ojos, luego giró el arma hacia el sujeto mudo y le voló la cabeza de igual manera.

Apuntó el arma hacia el sujeto restante, aún atado a la cama mientras el resto del equipo médico y de investigación huía del cuarto. "¡No me quedaré encerrado aquí con estas cosas! !No contigo!", gritó él al hombre atado a la mesa. "¡¿QUÉ ERES?!", demandó, "¡¡Debo saber!!"

El sujeto sólo sonrió.

"¿Lo has olvidado tan fácil?", preguntó el sujeto, "Nosotros somos ustedes. Somos la locura que yace dentro de todos ustedes, suplicando ser libre a cada momento en lo más profundo de tu mente animal. Somos de lo que se esconden en sus camas todas las noches. Somos lo que sedan en silencio y parálisis cuando van al refugio nocturno el cual nosotros no podemos pisar".

El investigador pausó. Luego apuntó al corazón del sujeto y disparó. El EEG se volvió plano mientras el sujeto débilmente soltó: "Casi... fui... libre...".

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