25 septiembre 2011

Bahía de la Reina

Se dice que hace mucho tiempo, cuando la Bahía de la Reina era sólo una pequeña aldea de pesca, la joven esposa del alcalde, Maura, fue asesinada por "La Reina".

Yo no soy quién para decir si esto es verdad, pero lo que sí sé es que algunas noches son más frías que otras.

Verás, eres muy joven para recordarlo, pero tu madre solía trabajar en la posada donde Lady Maura solía vivir. Y ahí había ocasiones, jovencito, cuando te despertabas gritando, porque "la mujer aterradora te estaba viendo".

Ríete si quieres, pero tu madre nunca estuvo muy segura de esto. Hasta aquella noche en que no te despertaste.

Ella te había acostado en la noche y regresó a la sala, para tomar un vaso de vino y hacer la cuenta de las ganancias de la noche. Cerca de una hora después, hubo un estallido que vino desde tu cuarto. Pensando que te estabas despertando de otra de tus pesadillas, ella vaciló en correr escaleras arriba, esperando a que lloraras para que fuera a tu rescate. Extraño como es, jovencito, tú nunca comenzaste a gritar.

Llegó la siguiente mañana y tú te habías retrasado para el desayuno. Después de llamarte varias veces, ella fue arriba para tu cuarto. Puedo decirte, tenía ganas de matarte - tu madre con una sala llena de clientes y un hijo que era muy flojo para levantarse de la cama.

Ella eventualmente cerró todo, y pensando que te habías regresado a dormir, apagó la linterna y fue al cuarto.

Ella lanzó un grito ahogado cuando entró a tu cuarto y encontrarlo vacío. La ventana estaba abierta, y el caballo de juguete que guardabas por el alfeizar estaba hecho pedazos en el suelo. Tus sábanas estaban tiradas por todo el cuarto, y tú no estabas por ningún lado - la única evidencia era el rastro de pisadas de una dama, y unas pocas gotas de sangre.

Todo el pueblo estaba levantado esa mañana buscándote. Por días, buscamos por todos lados, en vano. Devastados, regresamos a casa a esperar noticias.

No fue sino hasta una semana después cuando tu madre, aún desconsolada, escuchó otro estruendo en tu cuarto, tarde en la noche. Esperando que de alguna forma hubieras regresado, ella corrió por los escalones sólo para encontrar abierta tu puerta y a una joven mujer - bella, decían - colocándote en tu cama. Tu madre gritó y la mujer la miró. Aún puedo escuchar a tu madre, tal como me lo contó la primera vez: "Su cabello era rubio, sus ojos azules como violetas. Tenía una sonrisa triste, y una fina línea roja que corría a través de su cuello". Mientras tu madre se acercaba, la mujer se desvanecía como si tan sólo hubiera sido humo en la forma de una persona, ahora dispersada en la nada por el viento.

El clérigo del pueblo nos dijo que era algún espíritu maligno en que te había atrapado - uno de los sirvientes de la corte de La Reina. Pero esa noche tu madre te acunó cerca, gritando. Fue todo lo que pudimos hacer para tomar tu frío y sin vida cuerpo de sus brazos.

Oh, mi niño. Tu pobre madre, justo antes de quitarse la vida, me hizo jurar que visitaría tu pequeña tumba una vez al año y te contara ésta historia. Ella quería que nunca olvidaras a la cosa en forma de mujer que te atrapó esa noche, y cómo ella estará contigo pronto.

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